por CECILIA HADAD BELTRAMO Llevemos a la práctica nuestros reclamos a la Administración pública ejerciendo EL DERECHO DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA

jueves, 4 de junio de 2009

Acción directa por la paz en Palestina (cómo desafiliarse de un partido político)


Debería llamarlo "Crónica de una muerte anunciada", sería más coherente, tanto como para la que lamentablemente sufrió el pueblo palestino como para el fin de mi breve militancia dentro del Partido Popular en mi pueblo.

"Interactuar con las Instituciones públicas" premisa que recibí como parte de mi educación ciudadana dada por mi padre, que conservo como guía de mis actos en democracia, ahora en España, en el "Reyno de Majurca", es lo que sin duda y tras muchas entrevistas con el anterior alcalde me llevaron a decir sí a la militancia, pero en el PP?, ésto era lo raro, al menos para la gente que me conoce de largo tiempo.

Sin embargo, pensé que podía participar, que la integración sería real y, por qué no, encontrar una manera de canalizar todas las inquietudes "sociales" que desde que había llegado a Mallorca tenía.

Quiero detallar la experiencia de cómo se entra y cómo se sale de un partido político en la actualidad, tarea casi tan difícil como ocurre en algunas operadoras de telefonía móvil.

En fin, antes de aceptar cumplimentar la ficha de afiliación leí el estatuto del partido, muy interesante, prometedor y acorde en algunos puntos a mis ideas, en otros la verdad que no tanto pero me había ocurrido algo similar cuando joven en Argentina que, luego de simpatizar con partidos de izquierdas "clandestinos" durante la Dictadura opté por el partido Peronista en el mismo 83, y para mi sorpresa en la página Web del Partido Popular español decía claramente en "partidos afines de otros países" que el "partido justicialista (peronista)" lo era, cosa que terminó de convencerme para firmar.
Además, estaba expresado en un artículo, el 9 si mal o recuerdo, el "derecho a la renuncia expresa" de cualquier afiliado, es decir, yo misma sin "permiso ni esperas" podía renunciar en cualquier momento sin que nada pudiera demorarlo.

Ocho meses duró mi experiencia como militante, cómo resumirlo?, pues... muchos celos por parte de dos mujeres del partido nativas (y se encargaban cada vez que podían en recordármelo), la casi inexistente en esos meses relación con el Alcalde (debido a que empezaban a cuestionarse la legalidad de alguna de sus actuaciones), y la absoluta certeza que afiliarme había sido una de las peores ideas que había llevado a cabo porque era obvio que "la familia" pepera no soportaría nuevos integrantes con capacidad de crítica.

De los errores se aprende, pero algunos te dejan más secuelas que otros y éste no es precisamente uno de los que aún hoy en día no me sigan pasando factura.

Sin embargo, la figura del Sr. Rajoy, o mejor dicho sus terribles palabras, sus injuriantes declaraciones a raíz de una matanza perpetrada hacia víctimas civiles del pueblo palestino aún me dejan perpleja, porque éste político sin ningún tipo de autoridad moral no dudó en calificar de terroristas a decenas de niños y mujeres de los casi cien muertos sin sentido en Gaza.

Ni bien lo escuché fue tal la indignación y la vergüenza ajena que sentí, como suele decirse, que redacté la carta y la envié a la central del PP en Madrid horas antes que toda la comunidad internacional, incluído nuestro presidente de gobierno, repudiara el brutal atentado en Palestina.

Carta de renuncia expresa: (ver aquí)

La carta nunca me fue contestada, y Uds. pensarán "lógico, Rajoy está muy ocupado" o cosas por el estilo, pero en rigor, Rajoy no pasaba de ser un candidato, un personaje importante dentro del partido pero no tan ocupado como para que algunos de los tantos secretarios o asesores para el trato con los afiliados tuviera a bien contestar.

Pero retirar mi afiliación en Baleares fue otro tema.
Penoso.
Cinco llamadas, dos cartas y un burofax hasta que llegó un mail del partido aceptándola.

Parece que cada una de las personas en Baleares del partido desconocían lo de la "renuncia expresa" porque me comunicaban que "tenían que aprobar mi baja".

No fue la única diferencia que encontré entre lo escrito en su estatuto con la realidad.
Me quedo con lo que me acercó al partido, mis ganas de involucrarme en mejorar las cosas y las horas sumadas en total que el Alcalde de esos años escuchó mis propuestas.